martes, octubre 24, 2006

"Se ha descalificado reiteradamente el rol fiscalizador de la participación ciudadana"

Paz Undurraga, Arquitecta integrante de "Ciudadanos por Valparaíso".
Por Gabriela Rodríguez - 09 Octubre 2006 en Revista Arquinta.
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“Nuestro objetivo es promover una ciudad que, por lo que ofrece, seduce para habitarla y visitarla, pero que continúa siendo una ciudad de los porteños”, así dicta la presentación de Ciudadanos por Valparaíso, una organización que ha alcanzado notoriedad pública por su defensa de Valparaíso y "su patrimonio tangible e intangible".
Paz Undurraga Castelblanco es una de sus integrantes. Arquitecta de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, se ha desempeñado en el ámbito académico, y en la gestión de proyectos de arquitectura para vivienda individual y colectiva, y para destino comercial a pequeña escala.
Actualmente es representante de Ciudadanos por Valparaíso en el Concejo Asesor Urbano del municipio de Valparaíso y ha participado en equipos consultores de estudios relacionados con patrimonio. Por eso, su visión del Puerto, su desarrollo y principales necesidades, es clara. Y aquí entrega algunas de sus opiniones.
¿Cómo evalúa el trabajo que ha realizado Ciudadanos por Valparaíso? ¿Cuáles son -a su juicio- los principales logros de la organización?
Ha sido un trabajo de mucha perseverancia, a pesar de las grandes dificultades que presenta la participación ciudadana actualmente, como incertidumbres e instrumentalismo. A pesar de ello, hemos logrado abrir debate y reflexión ciudadana para un manejo responsable del patrimonio tangible e intangible de la ciudad, agregando dimensiones al discurso estandarizado sobre el tema.
¿Cuál ha sido hasta el momento la lucha más difícil que han debido enfrentar?
El caso del supermercado en La Matriz, en el cual nosotros creemos que la autoridad no ha dado una señal responsable respecto al cuidado de un lugar tan emblemático. Se están poniendo en riesgo recursos patrimoniales no renovables. La dinámica de ese barrio es muy singular y, a pesar de todos los esfuerzos, la mirada ha sido poco visionaria. Además, del aspecto conceptual, aquí hay normativas, las que fueron implementadas para cautelar ciertos atributos, pero la falta de rigor y celeridad ha favorecido la política de hechos consumado. Se ha ponderado desproporcionadamente al inversionista, desconociendo las inversiones sostenidas en el tiempo de los comerciantes del sector. La autoridad se volvió un “facilitador” que regulariza a posteriori las ilegalidades, entonces se ha generado una gran incertidumbre respecto a los compromisos políticos con el cuidado real del patrimonio local.
¿Siente que los grupos económicos que se han instalado en esta zona patrimonial han transado en parte sus objetivos por el bien de la comunidad?
Hay de todo, aquellos que han intervenido de acuerdo a las normativas no sólo han favorecido el bien común, sino también el bien individual. Nosotros creemos que el entorno es el mayor recurso patrimonial de la ciudad, por ello, la UNESCO certifica el bien en la categoría de “Paisaje Cultural”, incorporando mucho más que interesantes edificios. Hay otros que han visto esta contingencia como una oportunidad de negocio y pretenden usar solamente las ventajas del sector, sin asumir responsabilidades con la protección e intervienen, claramente ignorando las normativas vigentes. Además, el sector está hoy tremendamente presionado por un modelo de desarrollo turístico estandarizado y superficial, perdiendo la dinámica del barrio. La concentración de usos y servicios lleva indudablemente a una perdida de autenticidad.
El presidente del Colegio de Arquitectos de la Región de Valparaíso señaló que las autoridades nacionales no han estado a la altura de la nominación de Valparaíso como patrimonio de la humanidad, ¿comparte esa mirada? ¿Por qué?
Por un lado ha habido esfuerzos claros en promover una política de resguardo del patrimonio nacional y local con instrumentos, metodologías y fondos, pero por otro lado ha habido una política acelerada por implementar modelos de desarrollo cultural y turístico que van en contra de la preservación del bien, cuyos atributos se degradan aceleradamente, como la identidad y autenticidad del sitio UNESCO en Valparaíso.
Y a nivel comunal, ¿los alcaldes Pinto y Cornejo se han hecho parte en la lucha por el resguardo del patrimonio tangible e intangible de Valparaíso?
Ha habido un avance en esa dirección desde la administración anterior a la actual, pero es aún débil para el propósito, debe haber mayor rigurosidad y compromiso, cómo lo amerita la certificación de la UNESCO. Hay recelo injustificado con la crítica, varios proyectos han sido técnicamente cuestionados por especialistas locales y nacionales, como el Proyecto del Paseo Atkinson, y el debate ha sido mal acogido, poco e inconducente. Los atributos urbanos y el patrimonio son un importante motor de desarrollo económico, éste sólo se puede armonizar con la necesaria preservación si la aplicación de las normativas vigentes es seria y responsable, y eso no siempre se ha estado dando, incluso se ha descalificado reiteradamente el rol fiscalizador de la participación ciudadana, en vez de promoverlo.
La construcción de torres de gran altura que tapan la vista a muchos porteños es otro problema que han denunciado, ¿cuáles son las acciones que están siguiendo actualmente? ¿Y de qué manera el habitante de los cerros afectado se ha incorporado a esta lucha?
Actualmente hay acciones que tienen que ver con validar las normativas de protección vigentes, ante las mismas autoridades que las implementaron, para evitar la construcción del edificio de 22 pisos en Brasil con Francia y las dos torres de 26 pisos que se harán en la calle Colón, luego de demoler el edificio de la ex Chilena de Tabacos, declarado Inmueble de Conservación Histórica el 2005. Sin embargo, nuevamente se “facilita” la inversión inmobiliaria, usando el dolo en beneficio del inversionista. El habitante se ha incorporado según sus intereses y disponibilidades, a la campaña “Que nadie nos tape la Vista” se unieron más de 7.000 personas, aportando con ideas y dimensiones importantes respecto a los riesgos de permitir edificación en altura en los distintos sectores de la ciudad. La experiencia local es bastante competente en ese tema, ellos saben que aquí hay un capital individual y colectivo muy potente. Además, se ha generado un efecto reproductor, ahora hay varios grupos que se han organizado para defender sus derechos urbanos y eso es muy positivo y sustentable para el patrimonio.
Dentro de este contexto, ¿cómo se logra convocar a los habitantes de las ciudades a participar y ser más protagonistas de sus propias ciudades?
Una manera es abrir debate público, y las campañas de pronunciamiento ciudadano son una manera muy efectiva. Es importante convocar a los habitantes y darse el tiempo necesario para evaluar impactos y efectos de las políticas de planificación territorial, sobre todo considerando que el patrimonio es, a veces, muy frágil y no renovable. De ninguna manera se debe instrumentalizar la participación ciudadana, sobretodo, se debe evitar generar incertidumbre respecto a los acuerdos y compromisos.
¿Cómo ve todo lo que está pasando con el Borde Costero? ¿A quiénes responsabiliza?
Como un riesgo de gran magnitud y descontrol, se trata de un sector de gran influencia en el entorno y en la ciudad total, en el cual se ha aplicado un modelo de desarrollo muy inapropiado. Primero, se modifica el Plan Regulador Comunal aceleradamente, desconociendo muchas de las observaciones hechas por la comunidad en el proceso de participación ciudadana. Luego, se licita al único oferente, corriendo el riesgo que el modelo de desarrollo genere efectos negativos irreversibles en la ciudad. La definición tipológica y arquitectónica de los edificios que se construyan no puede ser arbitraria al criterio de ese inversionista. Debió llamarse a un concurso público de arquitectura, de preferencia internacional. Esta instancia, además de cautelar una calidad arquitectónica y urbanística, incrementa el interés especializado por la ciudad incorporándose al debate, por lo que se posiciona en ese ámbito internacional. Es una oportunidad favorable para establecer vínculos y parámetros, esta vez será el proyecto puntual del Borde Costero, a futuro pueden se otras instancias de intervenciones urbanas y arquitectónicas de igual trascendencia y relevancia.
¿Qué otros antecedentes maneja?
Existen criterios normativos inciertos, por ejemplo, hay macro lotes cuya norma de agrupamiento es “aislado o continuo”. Esto no contribuye a hacer una ciudad coherente, sino que por el contrario, estimula la heterogeneidad del tejido y su dispersión. Además, a los inversionistas se les están dando señales confusas cuando no se sabe con certeza qué tipo edificación tendrá a su lado. Respecto a la altura, también hay diferentes criterios que van desde los 9 hasta los 35 metros, lo que parece una amplitud desmedida que afecta la homogeneidad del tejido urbano del sector como del resto del Plan. Por otra parte, en el seccional Borde Costero se incorpora una nueva tipología ajena por completo a la historia del puerto, los edificios-puente. Estos, aparte de no tener antecedentes previos en la ciudad, son de una alta complejidad técnica y legal, como objetos arquitectónicos son altamente riesgosos de propiciar la mala y “rara” arquitectura. Al existir tanta libertad de agrupamiento y márgenes de variación de altura, se propicia una heterogeneidad que puede restringir la posibilidad de tener una imagen urbana clara del sector, afectando la continuidad, que es un atributo patrimonial del barrio el Almendral. Respecto a la Bodega Simón Bolívar, que ha sido declarada Inmueble de Conservación Histórica ya que “se inscribe dentro de la tipología de Arquitectura industrial y portuaria de la ciudad”, representa singular y puede convertirse en un elemento ordenador del sector, que se describe en su ficha técnica como: “generando la fachada urbana al resto de la ciudad” (casi todos los bordes costeros recientemente rehabilitados han mantenido estos edificios, aumentando la significación histórica y por ende el atractivo del área). Es importante potenciar su presencia urbana al momento de rehabilitarla, y resguardar su protagonismo en el sector, esta situación puede verse imposibilitada si las alturas, distanciamientos y constructibilidades de los paños colindantes impiden su visibilidad, sumergiéndola entre construcciones. Un avance en ese camino es la intervención ya realizada para el Terminal de Pasajeros, y los distintos eventos públicos ya realizados en su interior refuerzan la posibilidad de re-utilizarla.
¿Cree que aún siguen ocurriendo “papeleos Express” ante la inminencia de grandes obras arquitectónicas o el cierre de plazos de postulación? ¿Tienen denuncias concretas de algún caso?
Claro, las torres que se pretenden construir en el Almendral son un ejemplo concreto de eso.
Finalmente, ¿cuál es a su parecer la principal riqueza de Valparaíso?
Su diversidad urbana y armonía del conjunto, que permite una convivencia social. Su vida de barrio, con una vecindad poco discriminatoria o excluyente. El anfiteatro es una condición de gran democracia, tolerancia y respeto por el otro. Obliga a una inclusión de todos los habitantes en las tomas de decisiones, sobre todo tratándose de proyectos de gran relevancia urbana.

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